Matrimonio

En su primera acepción, la RAE dice que un matrimonio es "la unión de un hombre y una mujer, concertada mediante ciertos ritos o formalidades legales, para establecer y mantener una comunidad de vida e intereses". Para la iglesia, un matrimonio es algo parecido (¡carcamales!), pero para mí es mucho más… Es una unión en la que hay amor. No sé si entre una anchoa y un boquerón en vinagre hay sentimientos pero yo, juntos, los adoro ¿Eso vale? ¡Ah! Y si a eso le unimos una rebana de pan artesano tostado y un picadillo fresquito, yo me caso hasta que la muerte nos separe.

Como habitualmente digo, el sabor de la receta variará en función de la calidad de los ingredientes y para conseguir los mejores productos para esta receta no nos tendremos que mover de España ¿Las anchoas? Del Cantábrico, por supuesto. Los boquerones malagueños, claro. Para elegir el tomate, por suerte, tenemos varias opciones. Dependiendo de su variedad podemos optar por el Raf, cultivado en Almería; el Antiguo, de Tudela (Navarra); el Rosa, típico en Barbastro (Huesca)… ¡Vaya! que para gusto los colores… Pimientos vascos, cebollas de Ciudad Real y un toquecito de crema de vinagre jerezano  hace de éste un bocado exquisito y fresco para esta época del año.

Comenzamos.

    Ingredientes (para 4 tostadas):

4 rebanadas de tu pan favorito.

4 anchoas en conserva.

4 boquerones en vinagre.

1/2 tomate.

1/2 pimiento italiano.

1/2 cebolla.

1 cucharada de AVOE.

Sal y pimienta.

    Preparación:

Mientras tostamos el pan por ambas caras, podemos ir haciendo el picadillo. Para ello, en un bol cortamos en taquitos pequeños el tomate, la cebolla y el pimiento. Aderezamos con pimienta, sal y aceite de oliva (en ese orden) y listo.

Ahora solo queda montar el plato. En cada tostada de pan ponemos un poco de picadillo, un boquerón en vinagre y una anchoa. Si os gusta que el bocado vaya bien cargadito de sabor, podéis poner dos anchoas incluso. Para terminar, un chorrito de crema de vinagre y listo.

¡Buen provecho!